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“Me lo merezco”… y otras trampas del "consumo emocional"

  • Foto del escritor: Roxana Zepeda
    Roxana Zepeda
  • hace 12 minutos
  • 3 Min. de lectura


¿Reflexionamos juntos?
¿Reflexionamos juntos?

Un café con Rox – Post de mitad de año


Con el corazón lleno de ideas que me rondan hace tiempo, y con la necesidad irrefrenable de dar más pasos, empecé a escribirlas.

Con humor, con reflexión y con esa sinceridad que a veces incomoda… pero alivia y es necesaria.


Este blog es para poner en tono serio, reflexivo y algo humorístico, todas esas ideas que tengo y que siempre he querido expresar a través de la escritura.


Las comencé en 2023, cuando también tuve que reinventarme luego de un despido. Fue mi primera experiencia como educadora en un aula mayoritariamente con mujeres y algunos chicos también. Fue una linda experiencia y, hasta el día de hoy, mis estudiantes de aquel entonces me dicen cariñosamente: “profesora”, lo que más contenta me deja es pensar en que algo de lo que les intente inculcar quedó, por sobre todo que se hicieran cargo de su propio aprendizaje.


Pero en este post lo que quiero es hablar de la adicción al consumo.

Pienso que quien no se quiere hacer responsable de sí mismo y de sus decisiones, le echa toda la culpa al capitalismo, al sistema de querer tener lo que se quiere… aunque sea en 48 cuotas, con intereses altísimos.


También hay quienes dicen que es un tema no resuelto que se manifiesta en compras desmedidas. Es el lado psicológico de la cuestión… alguna excusa o explicación debe buscarse.


Lo concreto, respecto a mí:

Antes de hacer un viaje internacional, tuve la mala idea de sacar una cuenta corriente que venía con chequera y tarjeta de crédito.

Yo solo quería la Visa para comprar sin problemas en el extranjero…

pero fue el comienzo del endeudamiento, en 2017.


Desde ahí:

Puras malas decisiones con la poca plata que ganaba.


La pregunta siempre es:

¿Necesito lo que me estoy comprando?

Y la respuesta casi siempre es no.


Frases como:

“Me lo merezco”

“Después de esta vida no hay otra”

“Para eso trabajo” … se vuelven estúpidas cuando las lucas escasean.


Tengo que reconocerlo: mi poca educación financiera me pasó la cuenta.

Y recién ahora, sin trabajo y sin sueldo fijo, le tomé el peso a todo esto.

Comencé a resolver lo que —sin duda— debí enfrentar mucho antes.



¿A qué me hice adicta?

  • Ropa

  • Zapatos

  • Cosas para el pelo: productos carísimos para el cuidado, que no servían para nada, porque me lo resecaban igual. Incluso llegué a encargar una plancha alisadora desde México creyendo que no me iba a quemar el cabello…Conclusión: lo quemó igual. Y lo dejó como una escoba de bruja.

  • Libros que aún no leo, digitales e impresos.


Han sido tantas mis malas prácticas que siento vergüenza conmigo misma.


¿A quién culpo?

A la facilidad con que se entregan las tarjetas de crédito online.

Una trampa perfecta para quien no sabe medirse…

Aunque la verdad, la culpa más grande es del autoengaño


¿Y ahora?


Ahora estoy aprendiendo.

A cuidarme sin comprar, solo lo necesario.

A valorarme sin tarjeta.

A vivir con lo que tengo (que no es poco).


Y, sobre todo, a no seguir callando estas historias que tantas vivimos, pero pocas decimos en voz alta.


Porque al final, no hay productos mágicos que sanen el desorden emocional.

Pero sí hay palabra honesta, café con leche texturizada y voluntad de cambiar.


Y por eso estoy aquí.

Retomando


Un café con Rox.

Una taza a la vez.

Una verdad a la vez.

 
 
 

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©2023 por Descubriendo mi vocación. Creado con Wix.com. Roxana Zepeda, periodista Usach

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